martes, 8 de enero de 2008

Conversaciones aplazadas


Mientras se rasca con saña debajo de la peluca, Newton dice que por el momento no tiene tiempo de discutir conmigo sobre esa nueva obsesión de los terrícolas que es el cambio climático. En realidad se pasa las horas acariciando, prácticamente, el ejemplar de Philosophiae Naturalis Principia Mathematica de su homónimo original que le ha traído de Eden el cyborg Bose, holocopiándolo del ejemplar de la Biblioteca Wren del Trinity College de Cambridge, lo que no es tan fácil porque el único ejemplar lo suele tener acaparado encima de su mesa el catedrático de la especialidad y famoso y mal divulgador, Stephen Hawking.


Por cierto, de los inventos terrícolas me encanta el papel y ese utensilio precioso que hacen con él y que llaman libro, en especial los libros persas y japoneses en acordeón, y el libro encuadernado a mano con papel verjurado y papel de aguas en cubiertas interiores. Con la rueda, lógicamente muy conocida por nosotros para engranajes, poleas y sistemas rudimentarios de transporte superficial, tienen un invento así mismo ingeniosísimo, la bicicleta, movido por el ser autotransportado y del que hay una versión degenerada, llamada motocicleta, que se mueve quemando restos de biosferas reducidas del pasado, lo que localmente se llama combustible fósil, y que tiene que ver con el enojoso asunto ese del cambio climático. De momento me he enterado que el Estado de Texas emite más CO2 a la atmósfera que toda el África negra.
Y hablando de calor y emisión de gases de combustión, también me gusta mucho un ineficiente pero precioso sistema de calefacción doméstica que se llama chimenea; yo he instalado una del modelo "francesa" en mi camarote y encima he colocado una holocopia de Los cazadores en la nieve de un holandes del mil seiscientos llamado Pieter Bruegel. Seberg me dice que le da frío sólo mirarlo, pero no me preocupa porque eso lo único que provoca es que se arrime más a mí.


Voy a ver si consigo tener esa charla con Newton -al fin y al cabo le estoy echando una mano con el abstruso latín de Mr Isaac-. Dice que le gusta más la notación de Leibniz, pero que para profundidad e integración de todas las cuestiones además de la prioridad en el calculo diferencial, prefiere a su santo patrón.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que sepas que le estás quitando tiempo al blog de Dani Maggio, que me he propuesto leer poco a poco. Pero como ayer me reí tanto, hoy no me pude resistir a pasar por aquí.

Miroslav Panciutti dijo...

Pues sí, a ver si consigues que Newton nos ilustre sobre el tan enojoso asunto del cambio climático. En otro orden de cosas, ¿no se pregunta usted qué paisaje montañoso es el que pintó ese holandés de tierras llanas? ¿No se le da un aire de orografía inventada? Pero, aunque así fuera, mientras valga para que la Seberge se le arrime ...

Lansky dijo...

Miroslaw, está documentado que Bruegel hizo desde los Paises Bajos un viaje a Italia atravesando los Alpes. Es de suponer que en él fue tomando nota de esos otros paisajes montañosos para utilizarlos en fragmentos cuando le conviniera en sus paisajes inventados. De todas formas fue el primero en ver que un paisaje era un tema en sí mismo y no un mero telón de fondo para unos personajes.