jueves, 7 de febrero de 2008

Las edades del hombre (sin hablar de lo que los curas guardan en las sacristías)


-Bueno, Linneo, a ver tu informe, no acabo de ver claro como una especie tan numerosa encima se está volviendo tan longeva- Dijo Franklin.
-Sólo en el 20 por ciento de la humanidad, la opulenta. El resto, tenlo en cuenta, sigue muriendo como moscas- Se aclaró la voz, dejó el bote de brillantina Tennesee y en la consola y comenzó:
"LAS EDADES DEL HOMBRE" (con timbre tan sonoro como enunciativo)

(Y ahora más confidencial, con tono casi inaudible de nota a pie de página) : Tómese “hombre” en su acepción más zoológica de especie, como elefante, de cualquier sexo y edad.

"Infancia: la sala de estar es un mundo por descubrir, el resto del mundo, inconmensurable; el tiempo, infinito; la vida, lo normal. La mejor religión, la natural; el mejor sistema político, el libertario, la democracia directa.

>>Adolescencia y juventud: estoy con Shakespeare; habría que recluir a los varones entre 14 y 20 años en una isla desierta y sólo liberarlos tras una prueba de aptitud e incluso de actitud tras un examen de cortesía y buenas maneras.

>>Adultez y madurez: ¡pobres!

>>Vejez, ahora ya hay en esos países ricos “une vie en plus” ( y me mira a mi, Lem, con picaruela mirada de alumno listo), la longevidad es algo que te permite recoger las rentas de una vida cabal, porque viejos idiotas los hay más que sabios, al revés que en la juventud que “son” idiotas todos. Si, por ejemplo, a lo largo de tu vida has tenido presente la idea de la muerte, ahora puedes prescindir de ella, o sólo tenerla en cuenta para vivir el presente; que le den al porvenir. No hay instantes más preciosos y precisos que el niño abstraído jugando con una piedrita en un camino de tierra, o el viejo, sentando en un banco disfrutando del sol y de la tregua de la próstata.

>>Al niño se le mima, pero no se le respeta. Al joven se le adula, se le corteja, se le imita (¡Santo Dios!) y se le detesta. Al adulto le exprimes como a un limón y le tiras a la basura, como a un limón. Al viejo…al viejo se le oculta, se le infantiliza (en lo malo), se le explota (si es rentista o jubilado), se le avergüenza, se le tiene el mismo respeto que al niño, pero sin mimos, no jodamos. Ahora se es niño hasta la edad de votar, cuando las de 15 ya está buenísimas hace años; se es joven hasta los 40, se es viejo de los 65 a los que te queden, que son muchos con esta vida extra de la longevidad en las susodichas sociedades ricas y “avanzadas”. Si te fijas, ahora que un empleado es viejo a los 45 y los jóvenes no encuentran empleo a su nivel hasta los 40, la vida adulta ha desaparecido, y eso que parecía interesante."

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por suerte no son las edades de la mujer, je, je. ¿Qué quieres decir con lo de la sacristía, Tanis?

Lansky dijo...

ama de casa,
era una alusión, quizá muy críptica y privada, a las exposiciones de arte sacro que desde hace años se montan en distintos lugares bajo el nombre genérico de "La edades del hombre". En las sacristias se guardan las tallas, esculturas, cuadros y otros tesoros que no se exponen en la iglesia o que no le gustan al párroco.

Miroslav Panciutti dijo...

Confieso que llevaba como un mes sin acceder a este blog orbital. Acabo de pasar un buen rato poniéndome al día y estoy encantado. Ganas tremendas de ponerme a comentar cada uno de los posts que no leí en su momento. Pero resistiré la tentación para acabar lo que he de entregar mañana. A ver si saco un ratillo para dar mis opiniones al lexicógrafo &co. Mientras tanto, felicitaciones por sus agudas miradas sobre esta pobre especie nuestra.

Anónimo dijo...

Tienes una sorpresita en mi blog. Espero que te guste.

Lansky dijo...

¡Cómo no me va a gustar!

Muchas gracias