
-Bueno, Linneo, a ver tu informe, no acabo de ver claro como una especie tan numerosa encima se está volviendo tan longeva- Dijo Franklin.
-Sólo en el 20 por ciento de la humanidad, la opulenta. El resto, tenlo en cuenta, sigue muriendo como moscas- Se aclaró la voz, dejó el bote de brillantina Tennesee y en la consola y comenzó:
"LAS EDADES DEL HOMBRE" (con timbre tan sonoro como enunciativo)
(Y ahora más confidencial, con tono casi inaudible de nota a pie de página) : Tómese “hombre” en su acepción más zoológica de especie, como elefante, de cualquier sexo y edad.
"Infancia: la sala de estar es un mundo por descubrir, el resto del mundo, inconmensurable; el tiempo, infinito; la vida, lo normal. La mejor religión, la natural; el mejor sistema político, el libertario, la democracia directa.
>>Adolescencia y juventud: estoy con Shakespeare; habría que recluir a los varones entre 14 y 20 años en una isla desierta y sólo liberarlos tras una prueba de aptitud e incluso de actitud tras un examen de cortesía y buenas maneras.
>>Adultez y madurez: ¡pobres!
>>Vejez, ahora ya hay en esos países ricos “une vie en plus” ( y me mira a mi, Lem, con picaruela mirada de alumno listo), la longevidad es algo que te permite recoger las rentas de una vida cabal, porque viejos idiotas los hay más que sabios, al revés que en la juventud que “son” idiotas todos. Si, por ejemplo, a lo largo de tu vida has tenido presente la idea de la muerte, ahora puedes prescindir de ella, o sólo tenerla en cuenta para vivir el presente; que le den al porvenir. No hay instantes más preciosos y precisos que el niño abstraído jugando con una piedrita en un camino de tierra, o el viejo, sentando en un banco disfrutando del sol y de la tregua de la próstata.
>>Al niño se le mima, pero no se le respeta. Al joven se le adula, se le corteja, se le imita (¡Santo Dios!) y se le detesta. Al adulto le exprimes como a un limón y le tiras a la basura, como a un limón. Al viejo…al viejo se le oculta, se le infantiliza (en lo malo), se le explota (si es rentista o jubilado), se le avergüenza, se le tiene el mismo respeto que al niño, pero sin mimos, no jodamos. Ahora se es niño hasta la edad de votar, cuando las de 15 ya está buenísimas hace años; se es joven hasta los 40, se es viejo de los 65 a los que te queden, que son muchos con esta vida extra de la longevidad en las susodichas sociedades ricas y “avanzadas”. Si te fijas, ahora que un empleado es viejo a los 45 y los jóvenes no encuentran empleo a su nivel hasta los 40, la vida adulta ha desaparecido, y eso que parecía interesante."